Una de la Clásica de la Prima
- gerardoruiz73
- 2 sept 2019
- 2 Min. de lectura

Este es mi relato:
Mi prima mide 1.65 pelo rizado, de una cintura rica, un par de piernas hermosas y unos pechos de un tamaño mediano, por circunstancias del destino esta prima y yo comenzamos a vernos con ojos más allá de solo primos, una decisión valiente no arrojó a un hotel unas cuantas veces, ella es casada pero eso nunca fue un impedimento para llevarnos bien.
Un sábado tenía ya unas semanas que no nos veíamos y platicando ambos estábamos ansiosos por coger, me escribió para saludarme y me dijo que tenía ganas de verme, yo ya estaba en casa ya no tan fácil me podía escapar, así que tuve que pensar rápido e inventar algo para poder salir, también me roían las ganas de verla, fui a su casa al entrar ella me recibió con un beso largo, inmediatamente se hizo para atrás y se sentó en un sofá, traía una falda corta y sus piernas un poco abiertas me dejaban ver su calzón uno blanco con toda intención de excitarme, nos veíamos con esa mirada lasciva de deseo, me invitó a que pasáramos a su recamara, empezamos a besarnos con muchas ganas, le besaba el cuello y se su expresión y gemidos hacían notar su excitación, en un momento la puse de espaldas hacia mí, le mordía la parte trasera de su espalda y a la ves tocaba sus pechos y su panocha, esta estaba húmeda, ella me agarraba el pene que al igual que ella ya tenía todo caliente, subí su falda, ella bajo su calzón y yo hice lo propio con mi bóxer, quedando mi pene en medio sus nalgas, mojaba su culito, se sentó en la cama y su cara quedo a la altura de mi pene, empezó a mamarla exquisitamente cosa que le encanta, después de mamarla un rato, se recostó y vi la mitad de su cuerpo desnudo y deseante de sexo, abrió sus piernas hermosas y se la empecé a meter se alzó su blusa para dejarme jugar con sus suaves tetas, cogimos por un rato, ella me pedía con los ojos cerrados que la cogiera, que tenía muchas ganas de mi pene, le di hasta que escuche un gemido y un “me vengoooo” ella terminó de manera deliciosa, después la puse en cuatro, le di otro rato hasta que terminé dentro de ella, fue algo riquísimo, su marido nunca llegó pero esa adrenalina de pensar que pudo haberlo hecho elevó de nivel placer, me acuerdo de eso vuelvo a excitar cada vez.
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