Pararse con el pié izquierdo?...
- gerardoruiz73
- 22 sept 2019
- 4 Min. de lectura
Que día! Todo comenzó desde que me desperté, como la mayoría de los solteros, mi desayuno es muy simple, cereal, café, una yogurt para beber o lo que haya en el refrigerador, y efectivamente no había nada, salí de prisa a la oficina después de bañarme y vestirme, ese día tenía que ver a unos clientes para cerrar un contrato, dos antes de llegar a la oficina en Polanco un buen conductor de taxi me pegó en por detrás en el auto, llegaría tarde al trabajo, llamé al seguro y resulta que no estaba vigente hacia casi dos meses, no recordé renovar, que más me puede pasar pensé, bueno pues si podía, me canceló la junta el cliente además de lo peor, tenía varias semanas viendo a la niña nueva de la oficina y quería hablarle e invitarla a comer algo pero entre que no me atrevía y mis ocupaciones no de dejaban espacio lo había procrastinado por varias semanas y en un momento del día me decidí a hacerlo, camine a su lugar y ella estaba platicando con Alfonso, uy que mala señal, Alfonso era el clásico de la oficina que se cree que se liga a todas y vi su actitud de conquistador con ella, ambos se reían, no alcance a escuchar de que hablaron pero eso me dejo un poco triste, fui a comer con un par de compañeros de la oficina y para rematar la tarde cuando paso el mesero por atrás de nosotros le empujo el brazo a mi amigo Alex y salpicó su comida mi camisa, tendía que regresar a la oficina con la camisa así y pues con el calor que hacía el resto del día estuve con el saco puesto y cerrado, nuevamente pensé, “que más me puede pasar hoy” llegó mi jefe y diez minutos antes de salir me pidió que imprimiera el contrato para tenerlo listo ya, claro que como el día estaba en mi contra en la tercera hoja de las quince la impresora se atoro, el papel era casi imposible de casar prácticamente inaccesible, como pude con una pluma y una regla pude solucionarlo, y termine de imprimir para cuando esto pasó, ya era un poco más de una hora de mi salida habitual del trabajo, ya no podría alcanzar a ir al gym, ni a comprar lo de mi desayuno del siguiente día donde habitualmente lo hago, tendía que ir más lejos y pues ni modo, ya habrá mejores día pensé, baje al estacionamiento por mi auto en el segundo sótano, en el cual solo quedaban dos, mi auto otro que alcance a ver alguien con la cajuela abierta y tratando de hacer algo en la llanta, me acerque y era la niña nueva, se le había ponchado una llanta y tenía idea de cómo cambiarla, le pregunte, si quería que le ayudara, me contesto que sí que su teléfono ya no tenía batería y no podía llamar, que yo era su salvación, deje mis cosas en mi auto, y solo le pedí me alumbrar con la luz de mi celular porque en esa parte del estacionamiento hay muy poca luz, mientras cambiaba la llanta pude verla, por alguna razón ella me gustaba mucho, traía un vestido amarillo muy corto, con los hombros descubiertos, podía oler su perfume y se me erizaban los bellos, platicamos un poco mientras terminaba de ayudarle, al final ella muy agradecida me dijo, me salvaste te debo una, no como crees, le conteste, mejor un día te invito a comer, a lo que ella contesto, y porque otro día, hoy no tengo nada que hacer, su cabello caía sobre su rostro, ella se me acerco yo di un paso al frente y la bese, ella continuó besándome, comencé a pasar mis manos por su cintura sin dejar de besarla, volteamos a los elevadores a ver si no había alguien viéndonos, pero solo estábamos los dos, la jalé del brazo y la volví a besar esta ocasión con mas fuerza, ella me tomaba del cabello, yo baje una de mis manos hasta su pierna y la subí un poco, sentí como mi pulso se aceleraba y ella se excitaba más también, con mi otra mano bajo un poco su vestido y acaricie su seno, era hermoso y muy suave, continuábamos besándonos mientras yo metí mi mano por debajo de su vestido amarillo, y acaricie la nalga, nos recargamos en su auto, y continuamos, ella abrió la puerta de atrás de su cauto y nos metimos, con una mano le acariciaba los senos y con la otra baje un poco su panti, ella tocaba mi pene por encima de mi pantalón que ya estaba lo más duro que podía estar, fui bajando a besarle el cuello, el pecho, los senos, ella cerro los ojos y respiraba profundo, llegue a la parte de debajo de su vestido, para retirarle su panti blanca, disfrutaba su aroma y lo suave de su cuerpo, comencé a besarle su vulva, y ella se excitaba más y más, me jalo y me quito el cinturón y abrió mi pantalón para encontrar que yo estaba más que firme, nos besábamos mientras ella mi acariciaba el pene y yo le con la mano en medio de sus piernas, en un momento la volteé, le bese el cuello mientras colocaba mi pene en tu trasero, rozando sus nalgas con él, para después penetrarla fuerte al darme cuenta que ya estábamos muy excitados ambos, ella me acariciaba la cabeza y gemía de lo más lindo, le daba duro, yo gozaba y veía que ella también, sentí cuando ella apretó sus piernas haciendo un respiro profundo, suponía que se estaba viniendo, así que hice lo mío, saque mi pene en el clímax, y le aventé mi semen es sus senos preciosos, nos abrazamos para terminar así, después de todo no fue el peor día de mi vida como lo había pensado antes, muy por el contrario uno de los mejores….

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