Auto Descompuesto
- gerardoruiz73
- 31 ago 2019
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 27 nov 2019

Quiero compartir una experiencia, hace aproximadamente tres años, mi esposo conoció a un mecánico el cual no es muy guapo pero si es simpático, amable y muy serio.
Yo soy una chica (ya casada) de veinticinco años de edad, soy morena, mido 1.59, soy talla 36b de teta, tengo un buen trasero, y soy un poco llenita.
Hace cuatro meses se me descompuso el auto, yo tenía prisa por salir, mi esposo estaba trabajando así que no me podía auxiliar por lo cual decidió pedirle al mecánico que fuera a ver de qué se trataba lo que le pasaba al auto.
Yo acababa de salir de bañarme y no lo esperaba tan pronto por lo cual andaba con mi lencería de encaje apurándome por mi cuarto cuando escuche tocar la puerta, por un momento pensé que era mi esposo, así que solo me coloque un abrigo largo y salí.
Cuando abrí y me percate que era el mecánico le comente si me podía esperar unos minutos, pero me dijo que llevaba un poco de prisa, entonces tomé las llaves y me subí al auto para encenderlo, me pidió abrir el cofre, pero la palanca para soltar el seguro del cofre estaba muy dura y no podía abrirla, él se ofreció ayudarme, al intentar bajarme me dijo que no le hacía estorbo y se agacho estando yo ahí, pude ver nomo me miro las piernas ya que al sentarme se me alzaba la chamarra, observe también que se agacho más con esa mirada de lujuria que me regalo, en ese momento me invadió el deseo de que se me insinuara, realmente lo desee, pero no paso a más, recordé que tenía prisa y me fui a terminar de cambiar en lo que él se ocupaba de auto.
Desde ese día me entro mucha curiosidad y se convirtió en mi fantasía, hasta que llegó la oportunidad, un día en un intento de marcarle a mi esposo le marque a él ya que llevan el mismo nombre y al escuchar su voz se me erizó la piel sentí como me invadía el cuerpo un pequeño temblor de nervios y excitación, rápidamente le ofrecí una disculpa y le comente que no era mi intención molestarlo, no me dejo terminar de disculparme cuando me interrumpió invitándome un café, incrédula por su seriedad me relajé y le dije “claro, cuando gustes”
Pasados unos días recibí una llamada de él saludándome y para preguntar qué día nos veríamos, desde ahí nos empezamos a enviar mensajes y nos hicimos amigos,
Sin darme cuenta llego el día, le tocaba afinación al carro y mi esposo no podía ir, por lo cual me pidió llevarlo yo, le respondí que no tenía ningún problema mientras mí mente volaba, así podía ver a mi sexy mecánico con una excusa.
Lleve un vestido muy corto y una tanga muy pequeña para que pudiera ver mi trasero a su antojo, me pidió bajar las cosas del auto ya que tardaría uno o dos días, porque tenía mucho trabajo, así que me estire sabiendo que él me veía para bajar las cosas de la parte de atrás, pude notar como se deleitaba viéndome, me subí en al asiento de atrás y le pedí me sujetara mis cosas, no pudo evitarlo más y empezó acariciar mi pierna, le pregunte si le gustaba lo que veía, el contesto que le encantaba y se me echo encima comenzó a besarme jalo mi vestido liberando mis tetas a su antojo y empezó a chuparlas mientras metía su mano a mi vagina asiéndome mojar a chorros de placer, saco su pene, era largo de un grosor bueno, me agache a regalarle una gran y duradera mamada hasta hacerlo desesperar, me volteo de manera brusca y me la metió en una embestida yo estaba loca de placer (valla que sabía moverse), me tomo de la barbilla y me empezó a decir lo buena que estaba y como me quería coger, sin dejar de apretar y chupar mis senos, de pronto me voltio y me la metió por el culo yo ya estaba tan prendida que entro casi de manera instantánea, provocándome olas de placer, la excitación de saber que alguien podía llegar y vernos me hacía llegar a un orgasmo y escucharlo bufar como un toro, sentir su respiración me calentaba más y más, hasta que empezó a darme más duro como si me quisiera reventar, señal de que se iba a correr, entre gemidos y gritos por las nalgadas que me metía, dejo ir su semen caliente sobre mi ano y sentí como me bombeaba al terminar nos dimos unos besos tan apasionados como lo que yo esperaba de él, desde ese día nos tratamos como si nada hubiera pasado y la verdad no me arrepiento de esa aventura, fue una de las más ricas de mi vida.
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